Una de las aspiraciones de la ciencia y la ingeniería es desarrollar sistemas con las capacidades del organismo más complejo de la naturaleza, formado por 37 billones de células del cuerpo humano.

Es insondable, se pueden lograr avances, el Instituto de Microelectrónica de la capital Andaluza, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones científicas y la Universidad de Sevilla, se ha centrado en el sistema que hace posible la visión.

Las cámaras convencionales capturan una imagen que repite una secuencia entre 30 y 100.000 veces por segundo, pero el ojo y las conexiones con el cerebro permiten ir más lejos, enfocarnos, percibir cambios mínimos.

Permite adaptarse a la interpretación del entorno y actuar en consecuencia sin tener que almacenar toda la información, SE está aplicando esta capacidad a sensores de visión dinámica, para cámaras de eventos, que han sido adaptadas por empresas como Samsung y Sony.

Las cámaras tradicionales se parecen más a una pintura hiperrealista que a una visión, captan imágenes de un cuadro y las reproducen, los avances más importantes están en la resolución.

Al integrar píxeles se consigue mayor resolución y se evitan posibles errores en el procesamiento. Pueden proporcionar cantidades masivas de datos que requieren una oficina central y mucho cableado para transmitir.

La retina biológica no registra imágenes, toda la información pasa por el nervio óptico y es procesada por el cerebro, en la cámara tradicional, cada píxel, es autónomo y solo necesita interactuar con sus vecinos para ajustar el brillo.

Una imagen digital a la salida del túnel puede ser completamente blanca o negra, en condiciones extremas, se puede ver lo que hay dentro y fuera, esta capacidad es fundamental, para el desarrollo de vehículos autónomos.

Esta propiedad de la visión humana se llama novación, este mecanismo permite maximizar la resolución en el área donde se enfoca la visión, manteniendo una baja resolución en las áreas de visión periférica.

De esta manera, se reduce la cantidad de información producida por la retina, pero se conserva la capacidad de reconocimiento visual para la toma de decisiones.

Sistemas Neuromórficos de IMSE

Busca un ojo electrónico con estas y otras capacidades inspiradas en la biología, un sensor que permita obtener resultados a gran velocidad y sin un enorme consumo energético.

Minimice la cantidad de datos necesarios para un procesamiento eficaz, con esta premisa se desarrolló la cámara de eventos, que no trabaja con imágenes individuales, sino con flujos continuos de impulsos eléctricos.

Generados de forma autónoma por cada fotosensor, cuando detecta un cambio en la luz, la información de salida la proporcionan los contornos de los objetos.

La semilla del nuevo enfoque de la imagen surgió en los años 90 en el Instituto Tecnológico de California CALTECH, se usó para imitar el ojo humano, comenzó hace 20 años en Suiza con un proyecto europeo CAVIAR coordinado por el IMSE.

Desde entonces comentaron las patentes, surgieron empresas a partir de investigaciones, inversores y la adopción de desarrollos por parte de empresas como Samsung y Sony para desarrollar procesadores de imágenes.

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